Levadura seca 2 ½ cditas. de té
Agua 375 ml
Harina de fuerza 500 grs.
Sal 1 ½ cdita. de té
Preparación:
Esparcir la levadura en un tazón con 300 ml de agua. Dejarla reposar durante 5 minutos y revolver para que se disuelva.
Mezclar la harina y la sal en un bol grande. Hacer un hoyo en el centro y verter el agua con levadura.
Con una cuchara de madera, hacer caer suficiente harina de los costados del recipiente y mezclarla con el agua con levadura
para formar una pasta blanda. Tapar el bol con un paño de cocina y dejar "esponjar" la pasta hasta que se forme
espuma y leude, durante unos 20 minutos.
Mezclar la harina y añadí el resto del agua según sea necesario, una cucharada por vez, hasta formar una masa blanda y
pegajosa.
Volcar la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. Amasar durante unos 10 minutos, hasta que quede blanda, homogénea
-sin grumos- y flexible. Durante el amasado, tratar de añadir harina.
Poner la masa en un recipiente limpio y tapar con un paño de cocina. Dejarla leudar durante 1 ½ hora aproximadamente,
hasta que la masa duplique su tamaño.
Desinflar, volver a tapar y dejarla leudar otros 45 minutos. Volver a desinflarla, taparla nuevamente y déjala leudar
otros 45 minutos, hasta que la masa doble su tamaño.
Dividir la masa en dos trozos iguales, aplastando la masa con la palma de la mano ligeramente enharinada para eliminar
cualquier burbuja. Es necesario conservar los dos bollos con una forma redonda, aplicando una presión uniforme en todos sus
puntos.
Tomar un lado de la masa de un bollo y plegarlo hacia el centro. Apretar suavemente para sellar el pliegue. Doblar la
otra mitad de la masa hacia el centro, de manera tal que la masa quede plegada en tres partes.
Con los pulgares de ambas manos, hacer una depresión en el centro de la masa. Apoyar las yemas de los pulgares a lo largo
de la masa y hacer una presión firme y corta hacia arriba. Esto apretará el interior de la masa y brindará a la miga una textura
uniforme cuando esté horneado el pan. Luego, se unen los bordes que quedaron hacia arriba.
Hacer presión -con suavidad- con la palma de la mano a lo largo de la unión para sellar el pliegue. Dejar la masa con
la unión hacia abajo. Con una presión uniforme de las palmas de las manos, hacer rodar la masa hacia atrás y adelante, deslizándolas
hacia los extremos a todo lo largo del pan, hasta obtener la longitud necesaria, unos 30 cm. Si la masa se resiste o endurece,
dejarla reposar 5 minutos. Todo este proceso se repite con el otro bollo.
Poner las dos baguettes en una placa de hornear ligeramente enharinada o en una bandeja de baguettes -es una bandeja perforada
que asegura un calor uniforme durante el horneado-, también enharinada. Taparlas con un paño de cocina. Dejar leudar durante
unos 50 minutos, hasta que dupliquen su tamaño.
Hacer varios cortes en diagonal en la parte superior con un cutter, aplicando una presión firme y decidida para lograr
cortes limpios y procurando que éstos sean iguales en profundidad y longitud.
Llevar las baguettes al horno previamente calentado y déjalas de 20 a 25 minutos, hasta que adquieran un color dorado
y suenen a hueco cuando las golpees en la base. Enfriarlas sobre una rejilla de alambre.
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